Electroquimioterapia en oncología veterinaria

La electroquimioterapia es una modalidad de tratamiento muy efectiva para el control local de enfermedades oncológicas. Ha surgido a la par de la misma tecnología aplicada en medicina humana y desde hace más o menos 10 años, el desarrollo de tecnologías y equipamiento: juntamente con la investigación en este campo, ha permitido a veterinarios alrededor del mundo, incorporar esta nueva técnica dentro de las opciones de tratamiento de enfermedades oncológicas.

Su uso se ha extendido progresivamente, empleándose en muchos tipos de tumores superficiales tales como, carcinomas de células escamosas, mastocitomas, sarcomas de tejidos blandos, adenomas de glándulas perianales, entre otros.

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Su uso se ha extendido en los últimos años y se han logrado buenos resultados como tratamiento único o combinado con terapias convencionales como cirugía y quimioterapia. Su uso ha sido posible en diferentes tipos tumorales, pero ha sido más utilizado en neoplasias cutáneas y tumores de cabeza y cuello, así como en cavidad oral.

La electroquimioterapia (ECT) se basa en el principio de la electroporación, es decir que cualquier célula expuesta a un campo eléctrico con una intensidad y un tiempo determinado, genera la formación de poros en su membrana. Estos poros pueden ser de naturaleza temporal, preservando la viabilidad celular, y esto se conoce como electroporación reversible. Esto permite a su vez, la incorporación directa al citosol, de sustancias quimioterapéuticas que causaran un efecto citotóxico en las células tumorales de manera selectiva, aumentado drásticamente el efecto terapéutico de dichas sustancias.

La ECT resulta particularmente útil para el tratamiento de cualquier histología y es de gran ayuda en aquellos casos en los que el tratamiento quirúrgico con márgenes oncológicos no es factible o que, por su localización anatómica, la cirugía seria deformante o mutiladora. Los agentes quimioterapéuticos más comúnmente utilizados son la bleomicina y el cisplatino, los cuales ingresan a la célula electroporada causando daño irreversible y la muerte celular por apoptosis o necrosis.

La intensidad del campo eléctrico mayormente aceptada para provocar la electroporación es de 1,000 V/cm. Este campo eléctrico debe ser entregado de forma uniforme y en una fracción de tiempo determinado. Los equipos que actualmente se utilizan lo logran mediante la aplicación de pulsos que van de 1,000 a 1,300 V/cm en una fracción de tiempo de 100 microsegundos. Así mismo es muy importante la selección del electrodo adecuado para asegurarse de cubrir adecuadamente el volumen tumoral.

La electroporación es también utilizada en otros campos de la ciencia, especialmente para lograr lo que se conoce como electro transferencia génica, la cual consiste en utilizar los poros generados para la introducción de material genético al interior de la célula. Este material denominado plásmido, es ADN de doble cadena circular el cual se trasloca al núcleo en donde comienza su transcripción. Mediante la transfección de diferentes plásmidos de ADN es posible general una respuesta inmune contra el tumor.

Una variante de la electroquimioterapia es la electroporación con calcio. En este caso se reemplaza el agente antineoplásico por calcio administrado vía intratumoral. Este procedimiento permite el ingreso del calcio al citosol provocando una cascada de eventos en los organelos intracitoplasmáticos que conllevan a la muerte celular mediante apoptosis o necrosis. Este procedimiento tiene una respuesta objetiva menor que la electroquimioterapia convencional, pero tiene como ventaja la disminución de los costos ya que no utiliza ninguna droga antineoplásica.

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La electroporación irreversible es una variante que consiste en aumentar el número de pulsos para que la membrana celular se permeabilice, pero no de manera transitoria sino permanente.

Este procedimiento tiene la particularidad de causar electroporación, pero sin el uso de ningún medicamento antineoplásico, lo que poder verse como una ventaja al reducir costos y evitar los posibles efectos secundarios de las drogas antineoplásicas utilizadas en la ECT.

Sin embargo, la muerte celular ocurre por necrosis y es probable la formación de ulceras y cicatrización por segunda intención, lo cual conlleva a una recuperación más lenta.

Se utiliza para el tratamiento de tumores profundos o para tumores cerebrales en medicina humana.

La elección de la ECT como parte de la estrategia para el tratamiento de enfermedades oncológicas en medicina veterinaria debe estar basada en la intención primordial de ejercer un control local de la enfermedad, para la cual la cirugía no sería la primera opción.

En muchos casos en los que la cirugía radical (con márgenes amplios) no es posible por las características o ubicación anatómica del tumor o por las posibles secuelas postoperatorias. También hay casos en los que la cirugía radical es factible pero el propietario de la mascota es renuente a realizarla, se puede considerar la cirugía sin márgenes y el tratamiento del lecho tumoral mediante ECT. En términos generales este tratamiento este tratamiento puede estar indicado:

1. Como terapia única.

2. Como terapia adyuvante transoperatoria en el lecho, ante neoplasias resecadas con margen sucio (incompleto).

3. Como terapia neoadyuvante para reducir el tamaño tumoral y luego considerar la cirugía.

4. Como adyuvante postoperatoria en cicatrices quirúrgicas para disminuir recidivas y aumentar el intervalo libre de la enfermedad.

La selección adecuada del paciente debe ser uno de los aspectos más importantes a considerar ya que esto garantiza una mejor respuesta al tratamiento. Es necesario contar con los estudios prequirúrgicos del paciente para que sea considerado candidato a la ECT y también para combinar otras modalidades terapéuticas de ser necesario. Se recomienda solicitar perfiles bioquímicos completos, hematología e imágenes diagnosticas tales como radiografía de tórax en tres proyecciones y ecografías de abdomen.

Otros aspectos importantes son considerar otras patologías en el paciente tales como hemoparásitos o enfermedades virales (VIF y/o VILEF). La confirmación diagnostica de la patología oncológica también es de suma importancia. Si bien la ECT es efectiva sin importar la histología, la evolución del paciente puede variar dependiendo de la estirpe celular que esté involucrada. Como ejemplo tenemos el linfoma cutáneo o epitelio trópico, el cual; por ser una patología sistémica, esta modalidad de tratamiento tiene un efecto limitado.

Es de suma importancia también que la neoplasia a tratar pueda ser abarcable en forma completa incluyendo el margen. Es necesario conocer la zona a tratar, los márgenes, las relaciones con estructuras cercanas para evaluar el tipo de electrodo a usar. En muchos casos es necesario acudir a estudios complementarios tales como tomografía axial computarizada (TAC) o resonancia magnética con contraste (RMN). Se puede considerar como criterios de exclusión para la ECT en caso de hembras preñadas, principalmente por el riesgo anestésico,

Hembras lactantes y animales de abasto. En el caso de pacientes con alta carga tumoral aun así sean estadios locales pero que estén muy avanzados, ya que se tienen bajas posibilidades de control de la enfermedad local. En estos casos se recomienda considerar la ECT como adyuvante de la cirugía.

En el caso de neoplasias en lengua con compromiso severo en felinos y neoplasias en cojinete nasal en caninos, el pronostico de la ECT no es muy favorable, ya que existe el riesgo de necrosis o ablación severa con perdida de la estructura del plano anatómico. En el caso de neoplasias nasales en felinos, la respuesta es satisfactoria y con efectos secundarios mininos.

La ECT se ha utilizado en caninos como tratamiento único o combinado en CCE (carcinoma de células escamosas), fibrosarcomas y, melanomas cutáneos. En el caso de los mastocitomas, ha funcionado satisfactoriamente en lesiones localizadas o circunscritas, y en este caso en particular se recomienda pre medicar considerando los efectos causados por la desgranulación de los mastocitos al momento de realizar el procedimiento, así como también quimioterapia de adyuvancia.

Dentro de las neoplasias de la cavidad oral, en el melanoma la respuesta al tratamiento es mejor si el estadio de la enfermedad es inicial,

siendo la localización caudal y con compromiso óseo, los factores de peor pronóstico.

El procedimiento se realiza bajo anestesia general, con monitoreo similar al de cualquier procedimiento quirúrgico. Se sugiere pre medicar con analgésicos como tramadol y meloxicam o bien alguna otra combinación analgésica. Se aplica el quimioterapéutico por vía intravenosa, siendo la dosis de bleomicina de 15 unidades por metro cuadrado de superficie corporal o bien de 0.25 unidades por cm3 de masa tumoral en caso de la aplicación sea intralesional. En el caso de que se use cisplatino como droga antineoplásica, este se utiliza en dosis de 50 mg/mt2 y este deberá ser aplicado por vía intravenosa, siempre administrado en solución fisiológica y considerar la fluidoterapia posterior al procedimiento considerando la nefrotoxicidad de este quimioterapéutico. El cisplatino no deberá ser usado en felinos debido a su toxicidad. Particularmente en mi practica médica, utilizo el cisplatino exclusivamente por vía intralesional en caninos.

Luego de la aplicación del medicamento por vía intravenosa, se debe esperar al menos 8 minutos para poder hacer la electroporación la cual se inicia en forma ordenada tratando de sobre tratar la lesión y procurando tratar adecuadamente el margen.

En el caso de sarcomas, ameloblastomas o neoplasias de bajo grado, se recomienda hacer chequeos incluso después de 8 semanas. La ECT tiene un efecto estimulador del sistema inmune del paciente, por ello hay descrito en la literatura, casos en donde la respuesta del tumor se extiende a zonas no tratadas. Es decir, si bien se trata parcialmente una lesión, esta se reduce completamente, e incluso lesiones no tratadas también desaparecen.

El paciente se recuperará de la anestesia y se le dará de alta el mismo día del procedimiento. Se le recetara algún analgésico para tratamiento en casa que pudiera ser meloxicam en dosis de 0.1 a 0.2 mg por kilo o tramadol en dosis de 1 a 2 mg por kilo. por lo menos por 10 días.

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Es necesario hacer un control inicial a los 14 días post tratamiento y un nuevo control a los 28 días, en esta segunda visita se evaluará si es necesario hacer una segunda sesión de ECT. Los controles se harán cada 2 semanas al menos hasta que se logre una respuesta objetiva.

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